El Jumbo, la banda de Jonas Vingegaard, Sepp Kuss y Wout van Aert, ya no es el Jumbo, sino el Visma-Lease a Bike, que ya no tiene a Primož Roglič, y con su maillot amarillo fluorescente y calzón tan negro ha dejado de ser la banana mecánica para convertirse en un estuche de rotuladores Stabilo Boss, tan brillantes y marciales.
Y si Vingegaard, la estrella ganadora de los dos últimos Tours, agarrara uno de esos con la mano y subrayara en un mapa de Europa los lugares en los que exhibirá en 2024 su arte sobre los pedales, habría casi que entrecerrar los ojos para no deslumbrarse con el brillo de la Península Ibérica. De los 69 días de competición que anunció el danés el jueves, en la presentación de su Visma y sus fluorescentes en Ámsterdam, 32, casi la mitad, los pasará en carreras españolas. Como en 2024, Vingegaard, que estuvo cerca de comprarse una casa en Málaga para pasar los inviernos, comenzará el año en O Gran Camiño, la carrera gallega (22 a 25 de febrero) que monopolizó (ganó las tres etapas y la general, claro) en 2023. Después de correr la Tirreno-Adriático en marzo, en Italia, regresará a la península para intentar repetir victoria en la Itzulia (1 a 6 de abril). La Dauphiné (2 a 9 de junio) y el Tour (29 de junio a 21 de julio) le retendrán en Francia durante 31 días, pero, menos de cuatro semanas después, en agosto, retornará a la Vuelta, que saldrá de Lisboa el 17 (para acabar en Madrid el 8 de septiembre), donde debe resolver varios asuntos pendientes.
Cuando a Tadej Pogačar le preguntaron hace unos días qué creía que pensaría su rival victorioso Vingegaard de su decisión de intentar ganar Giro y Tour en 2024, el esloveno jovial dijo que esa pregunta habría que hacérsela al danés. “Quiero saber si puedo tener el mismo nivel en el Tour que en la Vuelta”, dijo Vingegaard en la presentación del equipo. “Lo que conocimos en 2023 no vale porque empecé la Vuelta enfermo, así que antes de pasar a otro desafío debo saber exactamente cuál es mi tope”. El nuevo desafío será, lógicamente, intentar el más prestigioso doblete Giro y Tour (solo en la historia lo han conseguido los mitos Coppi, Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain, y el fulminante 1987 de Stephen Roche) contra el que se dejará los dientes Pogačar. “Si en la Vuelta no logro alcanzar el nivel necesario, me olvidaré de intentar el Giro en 2025″, afirmó. Lo que le ocurrió en la Vuelta pasada, que terminó segundo, y con dos victorias de etapas, pese a comenzar enfermo y tener que frenarse para no robarle el maillot rojo a su compañero Sepp Kuss, convierte en más que morboso su regreso en 2024.
Como ganador en 2023, Kuss partirá con el dorsal número uno y el deseo en la cabeza de defender su título ante su compañero danés, que solo pensará en ganar. Ya cumplidos, hace dos semanas, los 27 años y asegurado su futuro en el Visma de Richard Plugge hasta 2028, cuando cumpla 32, Vingegaard asume con naturalidad su condición de líder, olvidadas la timidez y una cierta humildad. Les acompañará en Lisboa el gran Wout van Aert, debutante en la Vuelta, y en el Giro unos meses antes, que por primera vez no ayudará a Vingegaard en el Tour. El chaval del futuro del Visma, el belga Cian Uijtdebroeks, ya confirmado por la UCI su traspaso accidentado desde el Bora, debutará en el Giro. El tercer Jumbo que copó el podio de Cibeles en 2023, Roglič, emigró al Bora y, aunque no lo ha anunciado aún, seguramente regresará a España y la Vuelta, la carrera que ya ha ganado tres veces. La lucha puede ser feroz, y en ella intentará mezclarse la pareja Enric Mas-Nairo Quintana, la fuerza del Movistar.
El doblete Tour-Vuelta tiene menos pedigrí porque lo han intentado menos corredores y solo lo han logrado los franceses Jacques Anquetil (1963) y Bernard Hinault (1978), en los tiempos en los que la ronda española se corría en abril-mayo, dos meses antes del Tour. Eddy Merckx (tres dobletes Giro-Tour y uno Giro-Vuelta) nunca lo intentó y en su intento de conseguir un segundo dúo, en 1983, Hinault forzó tanto para ganar la Vuelta que se lesionó en la rodilla y no pudo correr el Tour. Miguel Indurain fue segundo en la Vuelta del 91 antes de ganar su primer Tour y solo regresó en el 96 a la ronda española, ya en septiembre, después de sufrir la gran derrota en el Tour de Riis. El navarro, agotado mentalmente, abandonó en la Vuelta y se retiró del ciclismo. Solo Chris Froome (2017) en el siglo XXI ha ganado Tour y Vuelta el mismo año.
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