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La policía belga mata al sospechoso del atentado mortal en Bruselas | Internacional

El presunto terrorista que la noche del lunes mató a tiros en el centro de Bruselas a dos personas e hirió a una tercera, todas ellas de nacionalidad sueca, ha muerto abatido por disparos de la policía, ha confirmado el Gobierno belga. El sospechoso del ataque yihadista, Abdesalem L., un tunecino de 45 años en situación irregular, había resultado herido grave de bala cuando los agentes acudieron a primera hora de la mañana a un café del municipio bruselense de Schaerbeek, alertados por la presencia de una persona que se correspondía con la identidad del atacante, que en un vídeo difundido en las redes sociales había dicho actuar en nombre del grupo extremista Estado Islámico para “vengar a musulmanes”.

“El autor del atentado terrorista en Bruselas ha sido identificado y ha muerto”, ha anunciado la ministra del Interior, Annelies Verlinden, que ha agradecido en un mensaje en las redes sociales a los servicios de seguridad y la fiscalía por su “intervención rápida y decisiva” tanto la noche del atentado como en la operación matutina, en la que el terrorista ha sido abatido muy cerca de donde residió los últimos años. La fiscalía federal ha indicado por su parte que en el café donde fue abatido el sospechoso, que ha fallecido a las 9.38 de la mañana en un hospital capitalino, se ha hallado “un arma de guerra y una bolsa con ropa”. Se cree que es el mismo fusil automático usado durante el atentado de la noche del lunes en una calle céntrica de Bruselas, y que el primer ministro, Alexander De Croo, ha calificado de “locura terrorista”.

Según la prensa belga, la policía no excluye que el terrorista tuviera un cómplice y continúa la búsqueda de otros posibles sospechosos, mientras la capital permanece por el momento en alerta terrorista máxima, igual que durante los atentados en el aeropuerto y metro de Bruselas de 2016, que dejaron 33 muertos y cientos de heridos. La agencia Belga ha informado de que la noche del domingo fueron robados en otra comuna bruselense varios uniformes militares y que se está investigando si este hecho pudiera tener relación con el atentado del lunes.

El Centro Nacional de Crisis reevaluará a media tarde la situación. Mientras tanto, ha dicho en un comunicado, se mantiene la “vigilancia aumentada y la presencia policial visible” en las calles de la capital.

“El atentado terrorista fue cometido con total cobardía”, había denunciado De Croo en rueda de prensa de madrugada, tras permanecer toda la noche reunido con sus ministros de Interior y Justicia, entre otros, en el Centro Nacional de Crisis belga. “Tenía como objetivo a hinchas suecos que iban a un partido de los diablos rojos [la selección belga] contra el equipo nacional sueco”, ha explicado.

Más allá de que se habla unánimemente de atentado terrorista, y que la fiscalía ha abierto una investigación en este sentido, los motivos del mismo siguen sin estar completamente claros. El portavoz de la fiscalía federal, Eric Van Duyse, dijo la pasada noche que, en principio, no parecía haber relación con el conflicto en Oriente Próximo. El hecho de que el agresor buscara a víctimas suecas, hinchas que se preparaban para acudir al partido Bélgica-Suecia que se disputaba la noche del lunes en Bruselas y que acabó siendo suspendido, hace pensar que el ataque esté relacionado con la quema de ejemplares del Corán en Suecia en los pasados meses, hecho que han provocado indignación y amenazas de represalias y atentados. El atentado belga se ha producido apenas unos días después de que un profesor de instituto fuera asesinado a puñaladas en Arras, en el norte de Francia, un ataque que también ha hecho elevar la alerta terrorista en el país vecino, que la pasada noche además reforzó la vigilancia en la frontera con Bélgica.

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El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha reclamado este martes en una rueda de prensa en Estocolmo una mayor seguridad y mejores controles fronterizos en la UE. “Este es un momento para más seguridad, no podemos ser ingenuos”, ha dicho, informa Reuters.

El ataque se produjo poco después de las 19.00 del lunes en el centro de Bruselas. Según registraron varias cámaras, el atacante, vestido con una llamativa chaqueta naranja, se bajó de una motocicleta en una calle concurrida y comenzó a disparar con un fusil automático. Según algunas versiones, mientras disparaba gritaba “Allahu Akbar” (Dios es grande). Varias personas se refugiaron en la entrada de un edificio. El terrorista las siguió y disparó a quemarropa contra un hombre que estaba en el suelo. Tras salir de nuevo a la calle, disparó otra vez contra un vehículo antes de partir tranquilamente en su motocicleta y desaparecer, desatando una frenética búsqueda que ha acabado 14 horas más tarde en la acción policial en la que finalmente ha perdido también la vida.

Tras de sí ha dejado a dos ciudadanos suecos muertos y un tercero herido grave, aunque su vida no corre peligro. Los 35.000 seguidores que habían acudido al estadio rey Balduino a ver el partido Suecia-Bélgica tuvieron que esperar durante horas en el interior del recinto hasta que fueron evacuados, entre fuertes medidas de seguridad, pasada la medianoche. Los hinchas suecos fueron escoltados hasta sus hoteles o el aeropuerto por la policía, según la prensa belga.

En un vídeo distribuido por redes sociales, el agresor dijo, en árabe, haber actuado en nombre del Estado Islámico y que con su acto quería “vengar a musulmanes”. Las autoridades han confirmado que se trata de un hombre de origen tunecino que se encontraba en situación irregular en Bélgica. El sospechoso era conocido de la policía por trata humana, tráfico ilegal y ataque a la seguridad del Estado. Su demanda de asilo fue rechazada en 2019, momento en el que se perdió su pista. Según el ministro de Justicia, Vincent Van Quickenborne, un servicio de policía extranjero avisó en 2016 de que Abdesalem L. tenía un perfil radicalizado, pero ha indicado que se trataba de un aviso “como los había por docenas diariamente en la época”.

En su mensaje a los ciudadanos, De Croo, que durante la noche transmitió sus condolencias al Gobierno sueco, ha pedido mantener la “unidad” de la población. “Este atentado nos afecta a todos, el terrorismo ataca a ciegas, busca sembrar el miedo, la desconfianza y la división en nuestras sociedades libres”, ha dicho en su rueda de prensa. “Los terroristas deben saber que jamás lograrán su objetivo, jamás nos doblegarán, el terrorismo no vencerá jamás”, ha agregado, a la par que lanzaba un llamamiento a la ciudadanía: “Bélgica es un país sólido en el que los ciudadanos conviven en paz. Mantengamos esta actitud y permanezcamos unidos ante este terrible atentado”.

Durante la noche, la policía, que estuvo registrando las calles de Schaerbeek durante horas, había hallado otra arma tirada en un parque, según la prensa belga. Toda el área ha sido sellada por la policía y se ha instado a los vecinos a permanecer por el momento en sus casas. Bruselas ha pasado del nivel de amenaza terrorista 2 al 4, el más alto y que implica amenaza “grave e inminente”. El resto del país se encuentra en nivel 3, de amenaza “grave”. Mientras que los colegios flamencos y los vinculados a las instituciones europeas de Bruselas permanecían cerrados este martes, los francófonos decidieron mantener las clases, igual que las universidades.

Tanto el Consejo como la Comisión Europea han recomendado a sus empleados teletrabajar desde casa esta jornada. La mayor parte de los trabajadores del Parlamento Europeo se encuentran en Estrasburgo, donde esta semana se celebra el pleno del hemiciclo.

Según el diario Le Soir, las ocho franquicias de la tienda de muebles sueca Ikea en Bélgica han abierto, pero con vigilancia reforzada. La ministra del Interior ha indicado por su parte que se ha incrementado la vigilancia en los puestos diplomáticos suecos en Bélgica, así como otros intereses de este país.

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By Adrian Cruz

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