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“Soy como un niño, tengo que aprender a caminar de nuevo”. La historia de un paciente con guillain-barré

Han pasado 90 días desde que el primer paciente del brote del síndrome de Guillain-Barré comenzó a mostrar síntomas. A la fecha hay 72 casos en Guatemala y el 77% han sido detectados en el departamento de Suchitepéquez, según un informe del Ministerio de Salud.

En esa lista se encuentra Carlos Alejo Morales, de 42 años, originario del municipio de Cuyotenango. Comenzó con debilidad en las piernas el 13 de diciembre, no tenía fuerzas para activar la palanca de arranque de la motocicleta en la que viajaba habitualmente. Al día siguiente sintió que sus extremidades no respondían, acudió al Hospital Nacional de Mazatenango, le pusieron una inyección y salió caminando del lugar.

El 15 de diciembre ya no podía caminar. Volvió a acudir al hospital, pero lo hizo en silla de ruedas. No lo evaluaron, solo le pusieron otra inyección, esta vez le dijeron que era para aliviar el dolor.

Según el Ministerio de Sanidad, los síntomas del Síndrome de Guillain-Barré son fiebre, diarrea o problemas respiratorios. La persona puede presentar debilidad en los músculos de la cara, sensación de hormigueo o entumecimiento en brazos y manos, y debilidad progresiva en las piernas, como le pasó a Carlos.

No satisfecha con la atención brindada a su esposo en el hospital, Nerida Ramírez lo llevó a un sanatorio privado. Luego de una evaluación física y otros exámenes, los médicos sospecharon que se trataba de un caso de Síndrome de Guillain-Barré, por lo que fue remitido al Hospital Regional de Occidente, en Quetzaltenango, donde se confirmó el diagnóstico.

En ese momento, la condición neurológica no había cobrado relevancia nacional. Si bien es común reportar casos de la enfermedad neurológica en el país, la alta detección de casos que comenzó a presentarse en diciembre llevó al Ministerio de Salud a establecer una alerta poblacional/epidemiológica en los departamentos de Suchitepéquez, Escuintla y Quetzaltenango. y Retalhuleu, que se extendió a los municipios de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, en Sololá.

Carlos Alejo Morales fue detectado con Síndrome de Guillain-Barré en diciembre pasado en el Hospital Regional de Occidente, en Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: Oscar Vásquez)

Sin medicina

Carlos ingresó al hospital de Xela el pasado 15 de diciembre, allí quedó en observación luego de que le practicaran una serie de pruebas para confirmar el diagnóstico. Sin embargo, no recibió el tratamiento requerido para estos casos por falta de medicación, por lo que el siguiente paso fue la rehabilitación.

La Guía de Atención Hospitalaria a pacientes con Síndrome de Guillain-Barré, del Ministerio de Salud, indica que al paciente se le debe administrar como tratamiento inmunoglobulina, un fármaco que contrarresta el efecto de los anticuerpos que dañan el sistema nervioso periférico, en este caso el aparato neuromuscular. .

Ante la falta del medicamento en el hospital, los médicos recomendaron a la familia comprarlo. Este se aplica según el peso del paciente. Un frasco de 10g cuesta Q15.000, lo cual fue difícil de costear para la familia de Carlos, ya que en el tratamiento se pueden utilizar tres ampollas en 24 horas, por un periodo de cinco días.

La escasez de inmunoglobulinas en los hospitales ha sido mayor debido al brote de la enfermedad neurológica. Al 19 de febrero, sólo 14 hospitales de la red pública tenían en stock 984 frascos del medicamento, cantidad insuficiente para hacer frente a este brote.

Para conseguir el medicamento, Nerida pensó en hipotecar la casa donde vive con su marido y sus tres hijos, pero Carlos no concebía la idea de perder el patrimonio familiar. Entonces no tenía opción de tratamiento.

Durante el tiempo que estuvo internado solo podía mover la cabeza, el personal de salud y su esposa fueron su ayuda en todo momento.

Nélida ha sido el apoyo incondicional que Carlos necesita, ella lo ayuda a levantarse de la silla de ruedas, en la que se mueve desde que salió del hospital. (Foto Prensa Libre: Oscar Vásquez)

Con el paso de los días fue recuperando la movilidad en sus manos, y poco a poco pudo sentarse en la camilla, para luego subir a una silla de ruedas. El proceso ha sido lento.

“Son cosas mínimas, pero para mí son muchas”, afirma Carlos. “Soy como un niño, tengo que aprender a caminar de nuevo”, añade.

Cada paso que ha dado en esta recuperación eleva su autoestima. Aunque los médicos le dijeron que el proceso para recuperar la movilidad total podría tardar de dos meses a dos años, él mantiene una actitud positiva.

Terapia

Sin acceso a inmunoglobulinas, el proceso de recuperación de Carlos es lento. Comenzó fisioterapia en el Western Regional Hospital. Pasó una semana hospedándose con su esposa en Quetzaltenango para poder llegar a las citas, sin embargo, cubrir la estadía y alimentación representó un gasto diario de aproximadamente Q300, el cual fue difícil de afrontar, ya que al perder movimiento en sus extremidades dejó de caminando. trabajo, y se han sustentado económicamente con los ingresos que genera Nerida con la venta de pasteles, ella es pastelera.

Pero la rutina de salir de madrugada de donde estaban alojados para ir al hospital a recibir terapia, luego regresar y quedarse encerrado, acostado, sin poder moverse, las bajas temperaturas de Xela y el estar alejado de sus hijos comenzaron a afectar a Carlos. psicológicamente. A esto se sumó el golpe económico.

Sin otras opciones, la pareja regresó a Cuyotenango para acceder a fisioterapia en el Hospital Nacional de Mazatenango, donde asisten tres días a la semana.

La familia de Carlos lo ayuda a realizar una rutina de ejercicios en casa, esto le ha permitido ir recuperando poco a poco la movilidad en piernas y brazos. (Foto Prensa Libre: Oscar Vásquez)

Gracias a los ejercicios, que también realiza en casa, y al apoyo familiar, la recuperación de la movilidad ha sido paulatina. Ahora puede levantar un poco las piernas, pero todavía no tiene fuerzas para ponerse de pie. Nerida es quien lo levanta de la cama y de la silla de ruedas para poder dar pequeños pasos.

“Ella también ha sufrido conmigo. Es un proceso largo el que hemos pasado como pareja, esperemos en Dios que salgamos pronto de esto”, dice Carlos.

Estar rodeado de su esposa y sus tres hijos ha sido vital para que Carlos mantenga una actitud positiva y continúe la lucha por lograr una movilidad total. (Foto Prensa Libre: Oscar Vásquez)

El Ministerio de Salud ha detectado 72 casos del Síndrome de Guillain-Barré en 22 municipios del país. El 65% de los pacientes tiene entre 30 y 64 años.

No se ha identificado el origen del brote, por el momento la cartera realiza varias acciones en los lugares más afectados, como vigilancia en negocios de alimentos en mercados, en vendedores ambulantes e inspecciones a fuentes de agua.

Se ha descartado que la enfermedad esté relacionada con poliomielitis, dengue, chikungunya y Zika. Los estudios continúan.

Según el último seguimiento de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), al 13 de febrero los hospitales donde fue atendido Carlos no contaban con suficiente inmunoglobulina para atender a los pacientes.

By Adrian Cruz

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